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Esta es la historia de alguien que vino a mi consulta hace un tiempo que decidĆ llamarla Beatriz…generalmente llegan por un tema, pero la entrevista inicial deja Ā«entreverĀ» que hay otras cuestiones y es ahi donde la escritura muestra lo Ā«latenteĀ» que hay en lo Ā«manifiestoĀ».
Le costó llegar al consultorio a Beatriz, posiblemente como le pasa a todos los que estÔn dudando entre un lado y otro de la vida, entre someterse al mal trato o poner punto final a la situación asumiendo el costo de la decisión.
Por pura ley de atracción, cuando estĆ”s en el lugar equivocado atraĆ©s cosas y personas equivocadas; me contó que antes de contactarme habĆa estado con una mujer que le habĆa hecho escribir y le dijo dos o tres cosas simples para despuĆ©s ofrecerle un servicio relacionado con mancias. Ella dijo que querĆa algo de verdad, y despuĆ©s se topó con mis datosā¦
Apareció con un adolescente que quedó fuera de la consulta inmerso en sus auriculares y un mundo donde seguramente no existe el dolor.
En el contacto telefónico previo a la entrevista me dijo que querĆa saber con quĆ© capacidades contaba para el mundo laboral, pero, apenas se sentó comenzó a llorar amargamente, y en ese momento supe que habĆa otras cuestiones que atacar y resolver previamente.
Cuando pudo hablar dijo tambiĆ©n que hacĆa un tiempo habĆa tenido una crisis, intentando suicidarse, y una persona la socorrió y la ayudó a evitar un fatal desenlace. Simbólicamente esa misma persona le regaló un reloj para que con Ć©l ātaparaā la cicatriz en su muƱeca.
Contó muchas cosas de su vida actual, como que vive con su madre porque se separó de su marido, pero como no tiene ācomodidadesā no vive con su hijo, Ć©ste estĆ” con su papĆ” quien solamente le da vivienda porque económicamente lo sostiene la misma Beatriz. Su ex marido no trabaja porque no logra estabilizarse en ningĆŗn empleo.
Siguió contando episodios de angustia, situaciones traumĆ”ticas de la infancia que tenĆa claramente presente, asĆ como momentos agradables y contó a quĆ© se dedica y quĆ© le gustarĆa hacer en un futuro.
Luego comienza con la consigna. Su llanto continúa mientras realiza la tarea, pero la expresión es fluida, no se detiene a pensar qué escribir y qué no.
Cuando me da el escrito terminado, antes de administrarle el siguiente test, le hago «la» pregunta:
Beatriz, ¿tenés papÔ?
-No.
_¿Falleció?
-No.
Entonces no lo conocĆ©sā¦
-Exacto.
¿Cómo es eso?
Bueno, en realidad, sĆ© que estĆ” vivo, pero nunca lo conocĆ y hace muchos aƱos le vengo preguntando a mi mamĆ” por Ć©l, pero me dice que āde su boca no va a salir una palabraā y ni siquiera quiere darme el nombre.
Tengo algunos datos de Ć©l, sĆ© que cuando quedó embarazada mi mamĆ” no quiso verlo mĆ”s, pero solo eso. Y la verdad que me gustarĆa saber de Ć©l, al menos conocerlo y verlo una sola vez, no importa.
Luego comienza a hacer las demĆ”s pruebas , y con cada trazo que hacĆa lloraba amargamenteā¦
Simbólicamente trazó gotas de lluvias como lĆ”grimas bien presionadas, lo cual era una clara muestra de su estado emocional que podĆa corroborarse en toda la prueba grafológica.
Con todo ese material frente mĆo y con una persona tan necesitada de respuestas y soluciones a tantas cosas a la vez, me permitĆ darle una ātarea para el hogarā que consistió en escribir cartas a determinadas personas, ella me las regresarĆa en una próxima entrevista y finalmente tendrĆa su informe.
TambiĆ©n le sugerĆ que comenzara una bĆŗsqueda de este seƱor, y si era necesario volviera a tocar el tema con su madre o fuera a consultarle a quien sea, le expliquĆ© que ademĆ”s de un asunto psicológico, se trataba de un derecho que ella debĆa ejercer, porque la paternidad es un asunto serio, y le expliquĆ© el caso de cómo la justicia emite una bĆŗsqueda de hijos perdidos cuando un hombre fallece, y la declaratoria de herederos no se emite hasta que aparezca o no un hijo.
Y quizĆ”s, habrĆa algo que a ella le correspondiera y se lo estaba perdiendo por la arbitrariedad āa mi juicio- de alguien que decidió esconder su pasado y callar una verdad.
En nuestro próximo encuentro, ella trae ademĆ”s de los escritos que le solicitĆ©, novedades respecto a su padre. Al menos tenĆa el nombre, e incluso se habĆa movilizado gente cercana a ella buscĆ”ndolo por distintos medios.
En las cartas escribió sin censura tal cual le pedĆ, todo lo que sentĆa y pude comprobar cuĆ”les eran sus profundos sentimientos hacia cada uno de ellos.
Me contaba que fue liberador hacerlo, y pudo expresar lo que le pasaba.
Era apasionante ver cómo coincidĆan los gestos grĆ”ficos con lo que decĆa en el texto. Es decir que lo ālatenteā tenĆa coincidencia con lo āmanifiestoā.
En nuestra última entrevista, ademÔs de leer su informe, dejamos blanco sobre negro en cuanto a lo pendiente. Y no sin cierto pesar, entendió que debe comenzar una terapia de manera urgente, para que la acompañe en este proceso de ir encontrando recortes ocultos de su historia, soltando situaciones y personas que la lastiman.
Comprendió que hay derechos que ella debe ejercer ademÔs del antes mencionado, derecho a criar y vivir con su hijo.
 Entendió que esta sumisión a la decisión del otro, la llevó a pararse y quedarse sufriendo en lugares que no merece estar, sometiéndose a los requerimientos y deseos ajenos.
Muchas veces me toca trabajar en lo profundo, otras veces me toca meter los pies en el barro, pero siempre termino eligiendo esta profesión, que me da las herramientas para tenderle mi mano a alguien que lo necesita.
Beatriz me dio un abrazo bien fuerte y con los ojos llenos de lĆ”grimas me dijoā¦Gracias, me ayudaste muchoā¦.
Misión cumplida.
Digo que el encuentro fue fortuito porque Beatriz tenĆa inquietudes personales que iban mĆ”s allĆ” de lo expresado de manera objetiva, y juntas pudimos abrazar ese asunto que andaba dando vueltas y generaba angustia. Muchas veces las cuestiones no resueltas como Ć©sta, bloquean y estancan la capacidad creadora, productiva, sencillamente la capacidad de florecer y amar.
Siempre, serƔ mejor sacar lo que hace daƱo, aunque duela, aunque huela feo.
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Gracias!
Gaba
Gaba, me encantó leerte, como siempre.
Y me atravesó el alma tu relato porque justo estoy viviendo mi propio proceso de ir juntando esos recortes de mi historia familiar para una mejor comprensión de mà misma.
No creo en las casualidades, asĆ que estoy segura que hay una conexión latente por aquĆ.
MuchĆsimas gracias por haber compartido esta experiencia.
Abrazo a Beatriz y te abrazo a ti tambiĆ©n. Gracias ā”