
Quedar estancado en el rechazo es quedar estancado en la escasez, en la carencia.
Llevo bastante tiempo estudiando lo que provoca la herida del rechazo. He conversado en mi consulta con muchas personas que detrás de su inquietud de un análisis grafológico vienen para descubrir «eso» que las atormenta, aquello que no le permite dar «pie con bola» y salir adelante una buena vez.
He llegado a una conclusión que hoy quiero compartirte; ante el maldito rechazo hay dos opciones viables a mi juicio y observación:
Sumergirse en el barro del rechazo hasta el tuétano, con ese olor rancio, y si el infierno huele a azufre, es el infierno mismo…
O…aceptar que se viene con eso, como el color de los ojos y barajar siempre la posibilidad que te rechacen, que te digan que no, que NO te elijan… es decir, «abrazarlo»…como posibilidad.
Entonces, si lo abrazo, ya no es mi enemigo, y si no es mi enemigo no tiene por qué atacarme. Es decir, pierde poder destructivo porque lo abrazo, NO porque sea algo positivo.
La mayoría, antes de ser rechazados hacemos y montamos circos y castillos en el aire con los demás, y es donde nos volvemos vulnerables, permisivos y le damos poder a las personas a hacer y decir cualquier cosa con tal que nos sigan teniendo entre los suyos.
Y no…hay un infierno como el de Dante preparado para los cobardes que se traicionan a si mismos con tal de no verle la cara al rechazo. Ser rechazado, ser excluido, claro que es una mierda! pero amarse a pesar de todo eso es la recompensa.
Cada vez que decidimos sacar el cuerpo del lugar donde no pueden amarnos, le estamos dando una posibilidad a la vida de enseñarnos otras rutas, de conocer nuevos paisajes.
El rechazo es exclusión; es decir vos si, vos no. Hay un autor que me encanta, Vincent De Gaulejac que dice » La enfermedad de la exclusión es la vergüenza». Coincido…el rechazo da vergüenza y humilla, la exclusión te pinta las mejillas de rojo y te quiebra la voz de a ratos.
Es ese barro mi querida, que puede convertirse en abono para tu vida, no lo desprecies…ya que no queda otra…bailemos.
Te deseo que vivas.
Gracias por leer… Gaba
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